César Pérez Novoa: “El mundo va a requerir entre 16 millones y 18 millones de toneladas adicionales de cobre, y la mitad podría salir de Chile y Perú”

Compras especulativas, problemas políticos y geopolíticos forman parte del fenómeno que impulsó al precio del cobre cerca de los US$5 por libra en mayo, y que lo tienen con un alza de 16% en lo que va de 2024.

Sin embargo, los US$4,4 actuales está lejos del pecio que el metal debiera tener, y que más allá de factores coyunturales, debiera seguir creciendo de la mano del proceso de descarbonización. Esa es la visión de César Pérez Novoa, jefe de Equity Research de BTG Pactual. “Lo que lleva el precio a la vecindad de los US$5 por tonelada tiene que ver específicamente con los nuevos requisitos de descarbonización. Y eso se acompaña de cierta manera también por compra mercantil por el aumento de posiciones no comerciales por parte de algunos inversionistas que estuvieron que estaban cortos en el mercado, Esto es lo que de cierta manera impulsa el precio”, dice el analista.

Sin embargo, el analista apunta a una serie de otros factores. “Hay un aspecto fundamental, bastante relevante, que el mercado de cierta manera ignoró, y que tiene que ver con agitación social alrededor de Ecuador, Perú y también Panamá, donde se cerró una mina. En conjunto, esto conllevó a que la expectativa a nivel mundial de un superávit para el 2024 de 350.000 toneladas, hoy sea un déficit en torno a los 150.000 toneladas. Y eso es la parte fundamental por la parte política, por la parte geopolítica también tuvimos cambios de gobiernos en zonas particulares de África, con cambios de comandantes, donde los términos de la inversión minera cambiaron. A lo que se sumaron restricciones a Rusia por parte de EEUU”.

¿Cuál debiera ser el precio del cobre para los próximos años?

Nosotros vemos en los US$5,3 por tonelada un precio de incentivo para poder generar proyectos nuevos. Pero ese precio se refiere sólo a la operación minera, el análisis de la inversión, para que el activo sea totalmente operacional implica tener desaladora, energía renovable como óptimo, línea de transmisión, acceso a puerto, línea férrea o una una ruta alternativa de transporte, además de los requerimientos medioambientales. La intensidad de capital es bastante elevada, por lo tanto a pesar del alza en los precios, las compañías no necesariamente han mostrado una expansión en los márgenes, porque el capex por tonelada para traer una tonelada de cobre ha aumentado de manera significativa.

¿Esos US$5,3 por tonelada, por cuánto tiempo se mantendrían?

El objetivo principal de la descarbonización es reducir nuestra adicción a esos 95 millones de barriles de petróleo por día que consume el ser humano. Claramente lo más fácil de abordar va justamente por transporte, y hoy lo estamos viendo en el segmento electromovilidad. Eso requiere cinco veces más cobre dependiendo del modelo de auto o camión, pero el auto no se carga en el aire, eso significa expandir la línea de transmisión. No hay nada que pueda reemplazar la conducción del cobre. Vamos a requerir alrededor de 16 a 18 millones de toneladas adicionales de cobre a nivel global, y diría que la mitad de este volumen podría salir de América Latina: me refiero a Chile y Perú.

¿Pero cuánto más tendría que producir Chile y Perú en conjunto?

Al menos un 30% más, por lo cual es importante que los proyectos se vayan delineando. Pero para eso hay temas sociales que cumplir, hay temas políticos también, y una serie de requisitos que están más allá de las cualidades y especificaciones técnicas. Eso es importante, y también tenemos que tener una voluntad por parte de de los gobiernos de hacer estas inversiones o fomentarlas.

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